El gobierno comunista de Cuba está tratando de reunir apoyo para un nuevo código de familia que abriría la puerta al matrimonio homosexual y promovería los derechos de las mujeres, pero los expertos y una encuesta reciente sugieren que un próximo referéndum podría no proporcionar una goma. estampilla.

El tibio apoyo a las reformas, que choca con la arraigada cultura «machista» de la isla, amenaza con derrotar a los partidarios respaldados por el Estado en medio de un impulso del gobierno para fomentar un debate abierto y franco.

El código propuesto de 100 páginas, bajo escrutinio en reuniones al estilo cabildo en toda Cuba, agrupa una serie de nuevas regulaciones sobre conducta familiar. Revisa varias leyes de 1975 de la época del expresidente cubano Fidel Castro.

Castro en 2010 reconoció la persecución de los homosexuales en la isla, quienes fueron detenidos poco después de su revolución de 1959 y enviados a campos de trabajos forzados. Castro asumió la responsabilidad personal y lo calificó como una «gran injusticia».

El nuevo código legalizaría el matrimonio entre personas del mismo sexo y las uniones civiles, permitiría que esas parejas adopten niños, duplicaría los derechos de las mujeres y promovería la distribución equitativa de las responsabilidades domésticas. También añade novedades como los acuerdos prematrimoniales y el embarazo asistido.

Los padres tendrían «responsabilidad» en lugar de «custodia» de los hijos, y estarían obligados a ser «respetuosos de la dignidad e integridad física y psíquica de los niños y adolescentes».

El código establece repetidamente que los padres y los tribunales deben otorgar a los hijos que maduran más voz sobre sus vidas.

Pero el resultado del referéndum, programado para algún momento de este otoño, está lejos de ser seguro.

La Iglesia Católica Romana cubana ha arremetido contra el matrimonio homosexual, diciendo que la propuesta está plagada de «ideología de género» que amenaza la autoridad de los padres y conduciría al «adoctrinamiento de los niños en las escuelas sin el consentimiento de los padres».

El diario del Partido Comunista, Granma, informó a mediados de marzo sobre una reunión de alto nivel donde los organizadores dijeron que con más de la mitad de las reuniones programadas hasta abril ya completadas, solo el 54% de los participantes había expresado su apoyo al nuevo código.

Los referéndums en Cuba suelen ser aprobados por abrumadoras mayorías, pero este puede enfrentar una batalla cuesta arriba a medida que se acerca la votación, dijeron tres expertos consultados por Reuters.

Bert Hoffman, un experto en América Latina del Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área, dijo que el código era quizás el más progresista de América Latina en materia de género y derechos generacionales. Pero el texto fue compilado en gran parte por las autoridades estatales, en lugar de ser un movimiento de base, agregó Hoffman.

“Todas las elecciones, todos los referéndums, han estado bajo la guía del Partido Comunista o del liderazgo de Fidel Castro, y el resultado siempre fue un hecho, y ahora, por primera vez, el resultado es incierto”, dijo Hoffman.

Los defensores argumentan que las 46.000 reuniones vecinales celebradas hasta ahora sobre el tema constituyen un modelo de proceso democrático.

“La gente tiene la posibilidad de plantear sus dudas o inquietudes”, dijo Rafael Ortega, quien a principios de este año asistió a una reunión nocturna en el barrio habanero de Diez de Octubre. «Considero que esto es algo muy democrático».

El código refleja la creciente influencia de las mujeres en la isla, donde están cada vez más representadas en el liderazgo político, dijeron los expertos.

Las mujeres ya encabezan casi la mitad de los hogares cubanos, según estadísticas gubernamentales, y constituyen más del 60% de los profesionales cubanos.

Codificar esos cambios sería «revolucionario», dijo Mariela Castro, hija del exlíder cubano Raúl Castro, y agregó que estaba convencida de que los cubanos aprobarían las reformas.

«Cualquier cosa nueva siempre trae consigo incertidumbre», dijo el veterano activista social.